miércoles, 28 de mayo de 2008

"La rebelión del Planeta Tierra"


Nuestro planeta, cansado de la opresión, al igual que los pueblos sometidos, se rebela contra este sistema, basado en un consumismo voraz que lo está llevando a la destrucción.
¡Si!, no sólo son los pueblos oprimidos lo que le hacen frente a la terrible bestia, sino que ahora se ha sumado una autoridad mayor: “el planeta Tierra”.
Ahora... ¿quien podrá acallar su voz como acostumbran a hacer con los excluidos?, ¿se darán cuenta de que no pueden ser dueños del planeta?, de que la vida no se puede comprar, ¿saldrán de ese antropocentrismo ciego? ¿Abandonaran su ambición? ¿Se dará cuenta de que fueron serruchando, como dice Eduardo Galeano, la propia rama donde estamos sentados todos, incluido ellos?

Pero el problema es que los más afectados como siempre van a hacer los más pobres del mundo, ¿algún día les pasará algo a ellos? Dios, ¿somos culpables de esperar a que el diablo haga justicia y se encargue de ellos? ¡No!, ¡por supuesto que no!, tu eres el culpable porque tu formas parte de ellos. En todo caso seríamos culpables por creer en vos.
En el caso de que alguna vez se los juzgue, las muertes por los “desastres naturales” ¿se incluirán entre la larga lista de muertes y atrocidades cometidas por este maldito sistema?



"TEN EL VALOR DE SERVIRTE DE TU PROPIA RAZÓN"


La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro.Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la Ilustración. La pereza y la cobardía son causa de que una tan gran parte de los hombres continúe a gusto en su estado de pupilo, a pesar de que hace tiempo la Naturaleza los liberó de ajena tutela (naturaliter majorennes); también lo son de que se haga tan fácil para otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo no estar emancipado! Tengo a mi disposición un libro que me presta su inteligencia, un cura de almas que me ofrece su conciencia, un médico que me prescribe las dietas, etc.,etc., así que no necesito molestarme. Si puedo pagar no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea. Los tutores, que tan bondadosamente se han arrogado este oficio, cuidan muy bien que la gran mayoría de los hombres (y no digamos que todo el sexo bello) considere el paso de la emancipación, además de muy difícil, en extremo peligroso.Después de entontecer sus animales domésticos y procurar cuidadosamente que no se salgan del camino trillado donde los metieron, les muestran los peligros que les amenazarían caso de aventurarse a salir de él. Pero estos peligros no son tan graves pues, con unas cuantas caídas, aprenderían a caminar solitos; ahora que, lecciones de esa naturaleza, espantan y le curan a cualquiera las ganas de nuevos ensayos.Es, pues, difícil para cada hombre en particular lograr salir de esa incapacidad, convertida casi en segunda naturaleza. Le ha cobrado afición y se siente realmente incapaz de servirse de su propia razón, porque nunca se le permitió intentar la aventura."¿Qué es la ilustración?", I. Kant, 1784.en filosofía de la historia, F.C.E., México, 1979.